Cuentos y relatos de horror (portada) Cuentos y relatos de horror (contra-portada)

ENRIQUE CONGRAINS MARTIN / Presentación

Se da un vistazo/recorrido a los autores y obras de horror presentadas.

JOHANN-AUGUST APFEL / La alcoba negra

El doctor Tippel llega a custodiar por unos días un hotel, al anochecer en la habitación que se le había asignado se le manifiesta un espectro encerrado en un armario, el viejo conserje Hammer reacciona a su pánico, al final espectro y conserje desaparecieron sin volver a saberse de ellos quedando solamente una mano con un grillete cercenada junto con el hacha del crímen en aquella alcoba negra donde años atrás había sucedido el crímen precedente.

EDGAR ALLAN POE / La máscara de la muerte roja

Un principe Próspero se enclaustra en una de sus abadías para huir del terror de la peste y la figura de la “muerte roja”; después a la medianoche del transcurrir de una fantasmagórica mascarada, la Muerte Roja hace presencia para extender su ilimitado dominio de tinieblas, ruinas y horror.

GUSTAVO ADOLFO BECQUER / El monte de las ánimas

Dos primos, Alonso y Beatriz, primero en un recorrido a caballo y cacería con su séquito por el Monte de las Ánimas y luego en sus aposentos, dialogan, se narra/habla/cuenta/murmura acerca de la leyenda del Monte de las Ánimas y el Día de los Difuntos y Todos los Santos; cuando por iniciativa del primo deciden intercambiar presentes, Alonso parte valerosamente en busca de la banda azul perdida en el Monte por Beatriz; Beatriz pasa una noche escalofriante para al amanecer darse cuenta que la referida banda azul se encontraba en el reclinatorio del lecho, para posteriormente morir aferrada a una columna del lecho, horrorizada, y también pasar a convertirse en parte de la leyenda del Monte de las Ánimas.

GUY DE MAUPASSANT / La mano

El señor Bermutier, juez de instrucción, narra la muerte del inglés sir John Rowell, llegado a la pequeña ciudad blanca de Ajaccio, en extrañas circunstancias, con una extraña mano cercenada en medio del suceso.

JULIO VERNE / El médico, el panadero y la muerte

En el pequeño pueblo de Luktrop con el volcán Vanglor a 150 kerses con actividad y funcionando como un gran y descomunal faro natural, en la extravagante construcción llamada Seis-Cuatro, habita el ávaro doctor Trifulgas, quien en medio de la tempestad y la borrasca recibe tres visitas de hija, esposa y madre del panadero Vort Kartif respectivamente, suplicándole auxilio por el hombre que ha sufrido un ataque.

W. W. JACOBS / La pata del mono

Padre, madre e hijo White reposan en su casa en medio de una tempestad hasta que llega un viejo soldado Morris con sus historias, incluída la India y La pata del mono hechizada por un fakir para conceder tres deseos, el soldado Morris intenta desechar la pata y hace sus advertencias, el anciano White la rescata, el soldado parte, y en familia el anciano pide dinero como primer deseo, no notan nada extraño, hasta que un representante de Maw y Meggins arriva con la nefasta noticia de la muerte del hijo y 200 esterlinas, días después a una desesperada anciana se le ocurre que el padre use el segundo deseo de la pata para revivir al hijo, finalmente el anciano lo hace, cuando los dos viejos escuchan el escalofriante golpear de la llegada del revivido, en medio del horror el anciano usa el tercer deseo de la pata para ahuyentar la escalofriante insistencia de su supuesto hijo revivido.

GASTON LEROUX / La cena de los bustos

El manco capitán Michel, narra la escalofriante historia de cómo perdió su brazo en la cena anual de los bustos/troncos de una manera muy canivalesca.

H. P. LOVECRAFT / La criatura tras la puerta

Primero el narrador introduce el personaje y años iniciales del prodigio Edward Derby, y cómo los acontecimientos que describe justificarán el horrible crimen que cometió.

Ya en la adultez conocen a Asenath Waite, hija del aprendiz de magia, el viejo Ephraim Waite, originarios de Innsmouth; se describen las aptitudes y habilidades de Asenath, cómo Edward Derby y Asenath Waite se conocieron, éste interesándose en ella, y cómo finalmente se casan e instalan en la casa Crowninshield al final de High Street en Arkham después de recoger efectos varios en Innsmouth, junto con los tres criados.

Cambios psicológicos y de personalidad ocurren en Edward Derby después de los primeros años de convivencia con su esposa Asenath Waite; Edward hace alusiones a prácticas y viajes extraordinarios, y la mujer parece ser bastante controladora e influyente en Edward, como sus dotes y aptitudes desde la época de universidad siempre lo habían sido.

Luego en una ocasión Daniel Upton es llamado para acudir al auxilio de un Edward Derby encontrado disvariando y desorientado en Chesuncook, en el camino de vuelta, primero conduciendo Dan y luego Derby, éste evidencia cambios de personalidad y habla y trata de manifestar asuntos acerca de posesiones y apoderamientos del cuerpo, de que el viejo mago Ephraim Waite sigue vivo, de visitas y visiones a lugares recónditos; después de unos meses de ausencia Derby retorna donde Dan(iel) Upton, y habla acerca de logros, liberación y desprendimiento de Asenath con técnicas, estrategia, paciencia y hechizos que había reservado, y concuerdan en que abandone la casa de Crowninshield para trasladarse de nuevo a la mansión Derby, lo que empieza a ejecutarse, sin embargo aún con algunos recelos y dudas de Derby, y evitando temas desagradables en el proceso como Asenath Waite; sin embargo una noche durante la cena sufre un colpaso nervioso a partir del cual se desmorona rápidamente conduciendo a su encierro en el Sanatorio de Arkham hasta que una mañana Dan recibe una llamada del sanatorio para informar la recuperación repentina de la razón de Edward, y el progreso los días siguientes, aunque Dan sabía que éste no era realmente el verdadero Derby, cuestión que lo inquietó.

Finalmente a medianoche de ese segundo día Dan recibe una llamada ininteligible para después recibir la visita de la criatura repugnante en las ropas de Edward que le entrega la nota explicando lo sucedido recientemente y con instrucciones de eliminar de la faz del mundo la criatura que está en el manicomio que sobrevive a través del tiempo poseyendo cuerpos, lo que en últimas conduce al crimen cometido mencionado al inicio del relato.

CLARK ASHTON SMITH / El regreso del brujo

Un hombre (Ogden) que se encuentra desempleado hace meses, acepta un trabajo de secretario con el requisito de saber árabe. Acude donde el macilento/desgarbado/misterioso contratante John Carnby y se describe la desvencijada casa y alrededores.

Durante los pocos (dos) días que Ogden realiza su trabajo en la casa en compañía de Carnby, se escuchan/observan misteriosos ruidos y movimientos que el huésped siempre temeroso justifica como ratas.

En la noche final cuando acontece el incidente en el segundo piso en el corredor y rellano entre las habitaciones, se termina de desentrañar y explicar el misterio; no eran ratas, sino partes del cuerpo desmembradas y corruptas del hermano gemelo de John, Helman Carnby, que por medio de hechicería y brujería tenía el poder de regresar de la muerte y tener voluntad, incluso en ese estado; al final simplemente Ogden aterrorizado huye de la casa al exterior de la noche.

HENRY KUTTNER / Las ratas del cementerio

El sepulturero de Salem, Masson, tiene una contienda constante con hordas de grandes ratas voraces que pululan el cementerio y el espacio subterráneo con galerías, túneles y sótanos blasfemos según las leyendas.

Por codicia Masson ha evadido una investigación verdadera en el cementerio, y sucede que una noche se dispone a exhumar/desenterrar un cadáver relativamente reciente que tiene objetos valiosos; llueve, alcanza a ver el pie con zapato del cadáver que desaparece arrastrado por las ratas por el boquete horadado en el ataúd, se deja caer a gatas en el ataúd para perseguir el cadáver, pero el desafortunado resultado de esta infructuosa persecución es su muerte por asfixia (hipoxia) en uno de los ataúdes de los túneles subterráneos del cementerio.

ROBERT BLOCH / Una cuestión de identidad

Una fluída narración de cómo un muerto despierta en su ataúd; revive en las noches subsiguientes a su muerte por ataque al corazón en una sesión de espiritismo como un vampiro con hambre de su prometida, Viola.

RAMSEY CAMPBELL / En una apartada librería

En un día nevoso Sam Strutt va en autobús al quiosco de periódicos The Highway, busca y pregunta infructuosamente por más libros, un vagabundo que había entrado al local le ofrece mostrarle más libros, y así abandonan el quisco para abordar la fría calle.

Al salir hacen una parada en un bar donde se toman unas pintas de cerveza para luego proseguir el camino hasta encontrar la fachada abierta de una tienda ubicada en unos bajos con un cartel que decía “Libros Americanos. Compra-venta”. En la corta visita se ve la puerta de la oficina del librero, pero no al librero, el otro hombre (el vagabundo que lo había guiado) le ofrece un libro que satisface a Strutt, deja el pago por el libro, sale de la tienda seguido por el otro, pero en el último momento éste gira para volver a entrar, la puerta se cierra detrás de Strutt y aprovechando la oportunidad para desembarazarse del guía, continúa encaminándose hacia la calle principal.

Strutt despierta inquieto acechado por un sueño, piensa en su labor y alumnos, luego en la mañana hace sus ejercicios matinales y bebe el zumo de fruta ofrecido por la femenina hija de la patrona, sale a hacer compras en el supermercado, regresa a su apartamento; descarga las compras y vuelve en autobús a la librería, lo recibe el librero.

En la penumbrosa librería el librero le enseña el especial ejemplar y pasaje de las Revelaciones de Glaaki a Strutt y le amenaza para que sea su sumo sacerdote; Strutt es emboscado y encerrado, el librero sufre una transformación y rasga sus vestiduras, Strutt piensa en que la causa es haber leído las Revelaciones cuando es finalmente atrapado y atacado.

DONALD WANDREI / El ojo y el dedo

Un trabajador con aspecto de cualquiera sube pisos hasta su alojamiento en el quinto, cuando entra a su habitación ve sobre la mesa un ojo humano, se las ingenia para bajarlo a la calle y botarlo en la basura, sin embargo al volver a la entrada del inmueble un impulso lo hace volverse y alejarse por la calle.

Después de vagar algún tiempo se vuelve a encontrar en la entrada de su casa, al ascender los cinco pisos y entrar en su habitación se encuentra con una mano flotante, después del primer momento luchan, el hombre captura la mano flotante en una toalla, y al igual que con el ojo, la baja a la calle para botarla en la basura junto con el ojo.

El hombre contacta al siquiatra doctor Behn, lo lleva a su residencia, y en efecto, el escéptico médico se ve aterrorizado al encontrarse con un ojo humano sobre la mesa y huye, el hombre queda solo en la habitación con el ojo, y ahora también la mano flotante, el “objeto marginal”, que había vuelto a aparecer; al final, siguiendo la indicación del dedo y temiendo el ojo, se aproxima a la ventana abierta para hundirse en el vacío.

FRANK BELKNAP LONG / La segunda noche en el mar

Un pasajero de un navío abandona su camarote a media noche para encontrarse en la soledad, niebla y calma del barco, había pagado a un agente de viajes y a una empresa por ese viaje para conocer Cuba, Haití, Trinidad y otros lugares más; después de treinta horas encerrado en su camarote por el mareo, se encuentra ahora en el desolado puente con las hamacas dejadas por la negligencia del camarero, y allí se hunde en las profundidades del vacío llevado de nuevo por la enfermedad. Al recuperarse logra llamar al camarero que acude y le cuenta acerca del ser que viene las segundas noches en el mar a instalarse en las hamacas y a hacer maldades.

Con la asistencia del camarero el pasajero es conducido hasta su camarote, después de partir el camarero, en la oscuridad de la habitación, y luego con la luz del recinto, el turbado pasajero encuentra que hay un hombre bien vestido sentado en su camarote, al quitarle el pañuelo que le cubre el rostro revela un rostro horroroso que se transforma y disuelve.

Luego el camarero hace maniobras para despertar al desmayado pasajero, y le brinda algunas explicaciones y teorías referentes a eso que aborda el navío, asegurando que eso volverá el próximo viaje.

TIGRINA MONROE / Ultimo acto: Octubre

En la plaza del pequeño villorrio de Bloomsbury una muchedumbre observa a una joven y hermosa mujer atada con fuertes ligaduras a una estaca, la supuesta bruja Meg Clayton, que fue capturada por el caballero Pilkington, quien desmonta su yegua para dirigirse a la mujer atada en la hoguera, le pregunta por arrepentimiento, a lo que Meg niega respondiendo con maldición para el caballero y los suyos; y como lo augurado por la supuesta bruja, a los nueve días el caballero muere insólitamente por una coz de su propia yegua supuestamente dócil.

En la residencia Simpkins para damas refinadas la austera Hortensia Pilkington recibe una llamada de la señora Cranston para contratarla el próximo jueves, víspera de Todos los Santos, para cuidar a su hijo, oficio al que se dedicaba. En su habitación en la noche, como tenía por costumbre, leía pasajes manuscritos en la vieja Biblia familiar, repasando lo fatídico que era el mes de Octubre para su familia y cavilando cómo podría sobrevivir.

Llega el jueves y debido a una avería en el motor del coche de los Cranston la señorita (Hortensia) Pilkington debe desplazarse caminando las diez manzanas hasta la residencia de sus clientes; se prepara, sale, y en el camino, al pasar por un cine tiene un impase con un chiquillo disfrazado y con un coche al atravesar la calle, sin embargo por la premura no complica la situación y sigue su camino hasta su destino (la residencia Cranston). Al llegar se asusta por el disfraz del señor Cranston, entra a la residencia, habla con la señora Cranston, ellos salen, y ella queda a cargo con el chiquillo Teddy de seis años.

Al partir los señores de la casa, la señorita Pilkington y Teddy pasan las horas, ella le lee al niño, luego lo acuesta, suceden los hechos accidentados amplificados por su miedo y paranoia; al final, a pocos minutos de las campanadas de la media noche del treina y uno de Octubre, el pequeño Teddy llama angustiosamente a la niñera, al subir, pensando que había pasado el susto, cuando se acerca al niño para darle el beso de buenas noches que solicitaba, éste sufre una transformación, clavándole en el cuello unas agudas garras de unos nervudos y musculosos brazos, con unas órbitas púrpureas infernales en lugar de los inocentes ojos, huniéndola para siempre en las tinieblas.

BARBOUR JOHNSON / La muerte demorada del señor Warde

El narrador llama la atención sobre los sorprendentes hechos relacionados a la muerte del particular e retraído “ocioso rico” de la mansión ancestral de Deyvilkill del estado de Nueva York míster Thaddeus Warden, y sobre todo, lo referente a los sucesos posteriores a su muerte, donde hay múltiples evidencias confirmadas de difrentes fuentes de que éste sobrevivió a la muerte, o que tuvo andanzas póstumas.

Se describe la parca vida de este ocioso rico y las circunstancias de su deceso, mientras en su propia finca con su propio rifle cazaba faisanes, fue encontrado entre matojos con una herida y expresión peculiar por criados y vecinos que lo condujeron a su propio lecho a expirar su último aliento. Como era típico en Deyvilkill, todos y todo confluyeron en que los sucesos se llevaran con la mayor discreción y secreto posible. La viuda, una despampanante damisela extraída de la escena musical neoyorquina, y próxima a convertirse en una de las herederas más ricas de Nueva York, parecía sinceramente abatida. En la habitación cerrada del piso superior, entre la élite médica confundida, yacía aún aferrado a un soplo de vida míster Warde.

El único amigo del difunto, Gordon van Der Vere, un vecino caído en la modestia que ahora se dedicaba a escribir para revistas, llega a la mansión, consuela a la viuda, y sube a la habitación, donde médicos le salen al encuentro tratando de persuadirlo de la inutilidad de su visita; en ese momento un ruido y grito de la enfermera se oyen en la habitación, al entrar míster Warde está caído boca abajo extendido parecido a una tortuga, lo reacomodan en el lecho, en ese punto ya no tiene signos vitales y es declarado certificablemente muerto, los médicos corren la convencional sábana sobre su cuerpo, recogen su instrumental y abandonan la estancia advirtiendo al amigo que no hay necesidad de mencionar ese último contratiempo. En la planta baja los médicos dan sus condolencias y reciban agradecimientos, toman la bebida ofrecida y se encaminan a sus coches.

En la habitación superior, los criados del servicio funerario por fin se deciden a cargarse el difunto y llevarlo a la funeraria de míster Daniel Grew, con contratiempos debido a lo escurridizo del cadáver, logran montarlo en la negra furgoneta y recorrer la distancia hasta la funeraria, donde el propietario los espera con semblante avinagrado, los criados rinden cuentas, míster Grew dice que se encargará él mismo y que los otros vigilen.

En la funeraria, no sin dificultades y maniobras, se lleva a cabo el embalsamiento y preparación del difunto, al siguiente día se lleva a cabo la velación, y al siguiente el entierro, que hacia el final es deslucido por una violenta tormenta.

Sucedió entonces que los enterradores deciden proceder a terminar el trabajo provistos de impermeables, sin embargo descubren la desaparición del cuerpo, esto causa gran y extendido revuelo, la policía, la Guardia Nacional, la prensa, los vecinos y demás curiosos están sorprendidos por la repentina desaparición sin pistas, algunas teorías se formulan infructuosamente, la policía se dedica entonces a la caza.

Luego, para colmo de males para la atribulada policía, los azota un segundo misterio, reportes de un caimán grande en tamaño, diferentes reportes e historias se tejen, pero no dan mayor importancia considerándolo más que un peligro una molestia, y por estar ocupados con el caso principal.

Después, una noche un tercer misterio viene a proporcionar algo de explicación sobre los otros dos. Es míster Gordon van Der Vere que llama a la policía solictando asistenca y protección por algo que lo acecha afuera de su casa, la policía no le presta atención a las primeras llamadas hasta la última en que dice confesar el asesinato de míster Thaddeus Warde, esas explicaciones persuaden a la policía que acude a la residencia seguida de una procesión de otros coches curiosos; al llegar al domicilio e inspeccionar el lugar, se observa la escena de Van Der Vere muerto con lo que quedaban de las manos del cadáver de Warde cerradas en torno a su cuello.

Ese es el caso de supervivencia ultramortal de míster Warde, la conjetura de que el cuerpo del personaje había sido robado y ocultado lo contradice el estado del cuerpo tratado por el embalsamador míster Grew, estas deducciones se exponen no como explicación sino como muestra de los hechos como fueron registrados en el expediente oficial; como detalle adicional, se notaba en lo que quedaba de rostro de Warde una sonrisa singularmente ancha, maligna y triunfante, seguramente la satisfacción de la venganza, o tal vez debido a que se habían aflojado algunas grapas de las usadas por míster Grew.

PAUL SPENCER / Siga huyendo, por favor

El narrador, en una noche de lluvia, después de que su asistenta partiera, se queda solo en su residencia; depronto un hombrecillo entra por la puerta, y con semblante aterrorizado pide refugio por un momento, y por increpación/insistencia del residente empieza a contar su historia.

Resulta que el hombrecillo una noche al regresar del trabajo en autobús, por distracción, se pasa de la parada, al bajarse en la siguiente decide caminar de vuelta, pero en el extraño barrio por el que transitaba se ve atraído por la curiosidad del único hilillo de luz que se ve en el vecindario en una ventana sellada, luego de arreglárselas para atisbar escasamente ve una escena extraña en lo que alcanza a ver del interior, es descubierto, y ahí comienza la huída y el tormento por los días siguientes; el hombre ensaya estrategias como cambiar de rutas, pero sucede que sigue siendo acechado; hasta que en situación similar pasa la noche anterior y llega la presente noche, en la que de igual manera, huyendo de sus perseguidores entra en esa residencia a pedir refugio; el narrador anfitrión le dice que no puede ayudarlo, y finalmente se revela que él también es uno de los mismos de esa especie que lo ha estado acechando, flexiona las manos, saca las garras y da un gemido corto.

CITAS

Era una luminosidad imprecisa y suave, que parecía flotar en el aire.

Comenzaba por agudos dolores, seguía con desvanecimientos súbitos y concluía en un abundante derrame de sangre por los poros; poco después sobrevenía la muerte.

Había figuras en arabesco, con siluetas y miembros incongruentes; había también fantasías delirantes, que gustan a los maníacos.

Como antes, se produjo una angustiosa inmovilidad en todo.

En el corazón de los más temerarios siempre hay una cuerda que no se puede tocar sin emoción. Hasta en los más depravados, en quienes la vida y la muerte son siempre un juego, hay cosas con las que no se puede jugar.

La tiniebla y las ruinas y la Muerte Roja extendieron por doquier su ilimitado dominio.

Ella hizo un gesto de fría indiferencia.

Mientras el joven hablaba, una sonrisa imperceptible se dibujó en los labios de ella.

se pasó la mano por la frente, como para arrancarse el miedo que estaba en su cabeza, y no en su corazón

Pero su corazón latía cada vez con más violencia.

TÉRMINOS

atávico, azabache, calesa, estupor, tañido, fragoso, fragor, audacia, temeridad, temerario, arabesco, yerta, apogeo, mortaja, impetuoso, insensato, sensato, arrogancia, solemne, mesurado, frenético, frenesí, absorto, estridente, arrebujar, hado.